¿Has leído los últimos posts que he publicado? En algunos de ellos hablábamos de Michael Porter, el famoso ingeniero y profesor de Harvard que tantas aportaciones ha realizado al mundo corporativo. En esta ocasión te traigo una más, la cadena de valor de una empresa, un término acuñado por Porter que te va a resultar muy útil para marcar la diferencia en tu negocio.
Además es una herramienta esencial a la hora de abordar un proyecto de consultoría estratégica.
¿Qué es la cadena de valor de una empresa?
Es el conjunto de relaciones o eslabones que se crean en un negocio a raíz de la puesta en marcha de sus actividades. Y, cada uno de los eslabones de esta cadena imaginaria tiene la finalidad de aportar el mayor valor posible para el cliente. Se entiende como una herramienta de análisis para identificar las ventajas competitivas de un negocio, frente a sus competidores.
Cuando analizamos la cadena de valor de una empresa, se estudian las diferentes actividades o departamentos y se comparan con las de la competencia, ofreciendo información muy valiosa sobre la posición de nuestro negocio en el mercado y la estrategia más conveniente que debemos seguir, tanto a nivel interno como externo.
Por otro lado, el conjunto de actividades que añaden valor a un producto o servicio conformarán la Ventaja Competitiva. Estas acciones se llevan a cabo durante el proceso de creación y desarrollo de productos, permitiéndonos su venta a mayor precio.
Elementos de la cadena de valor
Michael Porter distingue dos tipos de elementos diferentes dentro de la cadena de valor de una empresa: actividades primarias y de actividades secundarias. Estas son importantes a la hora de definir la cadena de valor de una empresa, ya que gracias a ellas, obtendremos una fragmentación o conjunto de tareas. Y, a través de ellas, nos resultará mucho más fácil identificar qué agrega valor a nuestros clientes y nos hace mejores que el resto d ellos competidores. Veamos en qué consisten:
Actividades primarias en la cadena de valor
Las actividades primarias son las más importantes en la cadena de valor empresarial, ya que hacen posible que el producto o servicio se produzca en tiempo y forma de acuerdo con las necesidades de los clientes. Las actividades primarias de la cadena de valor son las siguientes:
- Logística interna
- Producción
- Logística externa
- Marketing y ventas
- Servicio post venta
Actividades secundarias en la cadena de valor
En una cadena de valor hay elementos propios de actividades secundarias que, aunque no son esenciales, ofrecen soporte a la actividad principal de la empresa. Las actividades secundarias de una empresa son estas:
- Infraestructura de la empresa
- Dirección de Recursos Humanos
- Tecnología y Departamento de I+D
- Compras y aprovisionamiento
Pasos para crear una cadena de valor en tu empresa
Llegados a este punto, es posible que estés pensando en crear una cadena de valor en tu empresa. Estos son los pasos que debes seguir:
1. Identifica las sub-actividades para cada actividad primaria y secundaria
El primer paso para realizar un análisis de nuestra cadena de valor consiste en descomponer la empresa en subactividades, tal como adelantábamos, para actividades primarias y secundarias. Para ello, es importante que revises procesos internos y actividades estratégicas. Una vez que hayas identificado las subactividades de tu empresa, deben considerarse de forma individual para saber qué se hace, cómo se hace y con qué recursos.
Así, podremos determinar las fortalezas y debilidades de cada etapa empresarial. El objetivo final es definir una propuesta única de valor, que podría estar orientada al producto, al cliente o al propio proceso de elaboración.
2. Analiza valor y costes de las actividades identificadas
Ahora, es el momento de analizar exhaustivamente las actividades para averiguar cuáles agregan valor o suponen una ventaja competitiva. Este estudio nos aporta una información esencial para conocer si la propuesta de valor que habíamos definido anteriormente está respaldada por los procesos que se llevan a cabo en nuestra empresa cada día. Cabe destacar que este análisis no debe ceñirse a nuestros propios procesos, sino abarcar también la posición de la empresa respecto a esa estructura externa.
3. Define la estrategia para generar valor
Por último, obtendremos un mapa completo sobre nuestra empresa a partir de la información recopilada. Y, gracias a él sabremos de forma muy clara qué actividades aportan valor y cuáles no. La finalidad es que todas las actividades contribuyan a la consolidación de nuestra propuesta de valor única, por lo que deberemos crear un plan estratégico para potenciar aquellas que sí agregan valor y para mejorar las que no.
En definitiva, crear una cadena de valor en una empresa consiste en hacer las cosas aún mejor para ser realmente competitivos en el mercado. ¿Estás preparado?
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